Los labradores cantan y oscurece otro día
por detras de los arboles.
Aurelio g. Ovies
Va oscureciendo mientras recuerdo los días en que los labradores cantaban , en que cantaban tambien las mujeres haciendo sus faenas y donde creo que todos eramos un poco más sinceros.
No sé porque ahora cuesta decir, decirnos las verdades,somos tan correctos, tan individualistas tan de lo mio mio, que muchas veces ya no sabes si la conversación que acabas de tener es verdad o no.
A casi todos les va divinamente la vida, casi nadie riñe con sus maridos o mujeres , si tienes una pena no puedes compartirla no vaya a ser que los demás se depriman , si alguien adelgaza no es que haga regimen......no sé es verdad que a veces algunas hablamos demasiado pero ¿ por qué no abrir el corazón, por qué no apoyarnos en los demás, por qué desconfiar de todo....?
Quizá yo sea ya demasiado mayor pero los mejores momentos de mi vida creo que han sido los que que he compartido sinceramente con los otros, cuando he llorado ,cuando he reido , o cuando me he enfadado pero cuando de verdad he abierto mi corazon sinceramente
Aún quedan algunos momentos de sinceridad, con nosotras mismas y con alguna vecina. ¡Ojalá no nos falten nunca! Si no queremos que se apaguen, habrá que echarles leña de cuando en cuando.
ResponderEliminarAna, está bien ser sincera, pero vete a leer mi última entrada del blog, entre ser sincera y serlo impúdicamente hay un trecho, trecho que muchas veces no deberíamos caminar. Yo cuando adelgazo es porque hago dieta y si engordo es porque abandono, si saco a Lola con gafas de sol, probablemente sea porque haya llorado, si voy corriendo, es porque tengo prisa... qué poco tiempo tenemos para pararnos, pero qué poco tiempo también para pararnos con nosotros mismos
ResponderEliminar