sábado, 29 de marzo de 2014

Los labradores cantan y oscurece otro día
por detras de los arboles.
                                               Aurelio g. Ovies



Va oscureciendo mientras recuerdo los días en que  los labradores cantaban , en que cantaban tambien las mujeres  haciendo sus faenas y donde creo que todos eramos un poco más sinceros.
No sé porque  ahora cuesta decir, decirnos las verdades,somos tan correctos, tan individualistas tan  de lo mio mio,  que muchas veces ya no sabes  si la  conversación que acabas de tener es verdad o no.
A casi todos les va  divinamente la vida,  casi nadie riñe con sus maridos o mujeres , si tienes una  pena  no puedes compartirla no vaya a ser que los demás se depriman , si alguien adelgaza  no es que haga regimen......no sé  es verdad que a veces algunas hablamos demasiado pero ¿ por qué  no  abrir el corazón, por qué no apoyarnos en los demás, por qué desconfiar de todo....?
Quizá  yo  sea ya demasiado mayor  pero los mejores momentos de mi vida creo  que han  sido los que que he compartido sinceramente con los  otros, cuando he llorado ,cuando he reido , o cuando me he enfadado pero cuando de verdad he abierto mi corazon sinceramente

                                      

2 comentarios:

  1. Aún quedan algunos momentos de sinceridad, con nosotras mismas y con alguna vecina. ¡Ojalá no nos falten nunca! Si no queremos que se apaguen, habrá que echarles leña de cuando en cuando.

    ResponderEliminar
  2. Ana, está bien ser sincera, pero vete a leer mi última entrada del blog, entre ser sincera y serlo impúdicamente hay un trecho, trecho que muchas veces no deberíamos caminar. Yo cuando adelgazo es porque hago dieta y si engordo es porque abandono, si saco a Lola con gafas de sol, probablemente sea porque haya llorado, si voy corriendo, es porque tengo prisa... qué poco tiempo tenemos para pararnos, pero qué poco tiempo también para pararnos con nosotros mismos

    ResponderEliminar