Es mi única patria la palabra,
es el único pan que como a diario.
Concha Zardoya.
Me gusta hablar,lo reconozco, me gusta pararme con la gente y hablar. Según mi familia es uno de mis mayores defectos. No se puede ir conmigo a ninguna parte porque me paro cien veces,porque saludo incluso a quien no tiene ganas de saludarme...Lo admito, es verdad, pero no lo puedo remediar. Me parece tan facil ofrecer una sonrisa, una palabra cariñosa ,alegrarle la vida a alguien un momento con un halago, que no me arrepiento para nada de salir a comprar el pan y tardar una hora en volver a casa. Creo que ahora vivimos demasiado metidos en burbujas, pero que los seres humanos nos necesitamos unos a los otros,necesitamos esa palabra de aliento del vecino, ese buenos días cariñoso, ese compartir penas y alegrías , incluso con alguien al que acabamos de conocer. Eso no es, como piensan los más jovenes, invadir la intimidad de nadie. Es simplemente un acto yo diria que de afecto a los que nos rodean y con los que queramos o no compartimos el mundo. No me meto en la vida de una persona por decirle que hace días que no la veo y que la echaba de menos, o preguntarle por sus achaques a la abuelita que en un parque cuida de sus nietos.Y si a alguien le parece mal que no me conteste porque yo lo siento ...pero voy a seguir haciendolo.
Por eso te queremos, auque no te imitemos demasaiado, seguro nos iria mejor a todos.
ResponderEliminarEl hombre (y la mujer) que somos sociales por naturaleza, aunque nos empeñemos en maquillarlo.
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